La pierna


Daba pena verla. Tan joven y bonita y con una renguera tremenda. Iba vestida con un equipo de gimnasia de los caros.
Cuando la vi hacer fila entre dos discapacitados me pareció normal. Se las arreglaría para evadir esas colas interminables en los aeropuertos internacionales.
El tema fue con la seguridad del aeropuerto. La chica tenía una pierna ortopédica, me dió aún más pena.
Luego nos vimos en el avión. Ella estaba dos filas delante mío. Parecía nerviosa. Me imaginaba lo que era explicar en cada vuelo y en cada puerta de seguridad que llevaba una pierna metálica.
Y todo marchó bien. Un buen despegue y en hora. Entonces la chica con una agilidad increíble trepó a su asiento y avisó que su pierna era una bomba. Secuestró el avión.
Nos desvió a un rumbo incierto. Estoy escribiendo en el blog de notas de mi celular.
Nunca tuvo pierna ortopédica. Era contorsionista y llevaba completamente doblada la rodilla. La pierna metálica contiene una bomba que nos matará de no llegar el avión al destino que le ordenó al piloto.