Recuerdos

Somos recuerdos. Hoy más que nunca la conciencia pide a gritos rememorar instantes, momentos, aquel día, esa noche, esa fecha. Y nos arrodillamos frente a ellos y los pasamos nuevamente por nuestra mente buscando las emociones que tuvimos.

Y es un “salir hacia adentro”, oximoron obligatorio de este arresto domiciliario también, obligatorio.

Hoy los recuerdos forman parte de esos tesoros sin precio que nos permiten viajar en el tiempo. Y fíjate: viajar en ese tren especial del tiempo sin otro equipaje que una melodía o una foto. Listo! Sin aduanas, sin peajes, sin otra cosa que intentar recordar lo máximo posible, cada detalle importa, cada color o sonido que logres traer al ahora.

Ahora, atemorizados o no, recluidos parcial o totalmente, los recuerdos cobran la importancia que no les dimos antes. Y si te agradan, vuelve la sonrisa y el deseo de rascar más, buscar otros. Hasta ese viejo álbum de fotos que dejaste en algún baúl olvidado, cobra precio.

Eres un mago o una hechicera si te topas con una nota, una carta escrita… a mano!!! Un número telefónico que alguien garabateó en una libreta y ya no recuerdas pero… intentarás descifrar el enigma. Y no necesitas ser tan mayor para tener estos tesoros, de hecho ,creo haber acumulado estos mínimo trocitos de mi historia desde mi adolescencia.

Así que mientras siga el arresto domiciliario, busca tu tren del tiempo y recuerda, recuerda y verás cómo es de sutil la mente y te hace compañía… se vale utilizar para conjurar : música, regalos, fotos, videos, agendas, libretas o cualquier película antigua que miraste con…

Estamos hechos de recuerdos y por ahora este virus, no los borra… disfrútalos.

Somos recuerdos y se puede hacer uso de ellos para aferrarse a días y momentos donde libres y tranquilos ignorábamos esta soledad.