Mi casa

Quería construir una casa única, un refugio, un lugar para habitar con mis sueños y mis muertos, que son recuerdos y no los quiero dejar afuera.

El disloque fueron las paredes y de qué color el techo, si tendría dos habitaciones y dónde estarían mis libros.

Entonces construí una casa: la única donde nos recordé felices. De las muchas que habitamos en nuestro destino errante era sin dudas, la casa de mi infancia idealizada.

Guardé en el sótano y la cocina el perfume de las ciruelas y duraznos en almíbar de mi madre. En el escritorio y el comedor puse la colección de lapiceras Parker de papá. En la habitación de mi hermano la colección de libros del Oeste que amaba y su rifle de juguete. En la habitación de mi hermana y mía todo su atuendo adolescente y mis ganas de probármelo. En la habitación de mis padres mamá con sus cremas y novelas. En el living un teléfono imposible que tenía disco y manijita. En el comedor los muebles de nogal y la estufa a leña encendida. Arriba junto a mi habitación de juegos, la habitación del » abuelo Tomas», nombre que le pusimos a ese señor mayor escapado de la guerra, que tenía ojos como piedras azules y hablaba poco y mal el español.

Alrededor los pinos protegían todo. Los rosales multicolores adornaban. El enorme perrazo negro con su casa de madera vigilaba el territorio.

Metí después toda mi vida: la adolescencia apresurada llena de ideología, el sexo y el amor, todas mis ganas de escribir. Mis partos y mis desgarros, desgracias y festejos. Mi captura y la capucha, el miedo y mi hermano enfermo.

Después metí mis hijos y llevé mis nietos. Y la casa que era inmensa quedó pequeña porque vino la abuela y trajo su postre de morcillas dulces y la otra que trajo sus ojos grises que iluminaron la estancia entera. Y llegaron mis tías llenas de agujas y novelas. Los tíos con sus herramientas de adorar la tierra. Llegaron todos mis primos y primas, corriendo como en la infancia.

Metí tanta vida… tanta historia, tanta pasión, que la casa no resistió y quedó apretujada abrazada entrelazada para siempre.