Mi baile

Si yo le contara que de noche en casa, de espaldas a la razón, bailo con muertos? Qué tan loca me creería y qué prejuicios tendría?

Recuerdo que no me gustaba bailar, era tímida con mi cuerpo y no quería que me abrazara nadie que yo no hubiera elegido. Para cuando me liberé y tuve compañero de baile y aprendí, pasaron otras cosas… y otras, me fui olvidando del baile.

Pero ahora, sola en este caserón sombrío, en este castillo roto, vacío y lúgubre, me he reencontrado con el baile. Y ahí está la foto del señor de barba que baila conmigo. La del abuelo que he llevado por años en mi cartera. La de mi padre. La de otro gentil señor que en realidad es una pintura. Y bailo…con mis maridos y amantes, muertos todos ya. Y agradezco las fotos que atesoré y escondí. Agradezco la zona de este mausoleo que aún tiene luz y me permite reproducir viejos temas.

Y ellos danzan conmigo, puedo olerlos, percibirlos, hablarlos… mis muertos queridos queribles inolvidables.

Y usted sentado ahí dice que estoy loca, usted me juzga y se cree cuerdo y omnipotente, usted me quiere quitar las fotos de mis muertos para expropiarme mi baile. Acá, el único desequilibrado es usted, gusano reptante que vive a costillas de locas como yo…