En el silencio de los árboles está toda la vida.
Su savia suave y vegetal los recorre y nos da vida.
Los árboles están y estuvieron donando vida a nuestros pulmones.
Si los árboles no guardaran silencio: seríamos todos sordos, los gritos de sufrimiento cuando los cortan serian casi infinitos.
Donadores de vida del único elemento que no puede faltarnos ni cinco minutos.
Donadores de sombra ante la hostilidad del verano.
Donadores de paisajes y guarida de pájaros.
En absoluto silencio algunos hasta regalan frutos.
Qué milagro más hermoso y silencioso. Qué dádiva de la Madre Naturaleza.
Nada más maravilloso que internarse en ellos e intentar escucharlos. Con o sin viento: siempre tienen algo para susurrar si te animas a abrazarlos y escuchar.
Has abrazado un árbol alguna vez? Es tu respirador natural. Deberíamos agradecerles cada día.
Maravilloso
Me gustaMe gusta