Nadaba como sin consuelo
( nadar me gusta)
el agua se agitaba oscura
( mamá me había dicho en secreto
que el agua oscura presagia muerte)
Descordinadas mis brazadas
intentaban que el círculo oscuro
no me atrapara.
Inútil y desaforado esfuerzo,
me agotaba y no avanzaba,
( en pleno sueño tuve noción
del infinito)
los movimientos eran imprecisos
el agua, eterna.
Iba a suceder algo, lo presentía,
no era un algo bueno…
sería una roca, una tempestad,
un vacío…
Y entonces pensé en pleno sueño
“ estoy soñando “,
quise despertar con frenesí.
El agua obstinada me cercaba
el círculo cada vez más oscuro, me cercaba.
Grité algo inconexo y desperté.
Tenía la ropa empapada,
mi cama mostraba signos de aluvión,
de aguas turbulentas,
un remolino de sábanas mojadas…
No pude escapar, el sueño me persiguió
todo ese día…
Al llegar la noche tuve pánico…
Desde entonces duermo con
mis patas de rana puestas y mi
escafandra en la almohada…
Ahora soy yo la que persigue al sueño,
que es, tal vez, una forma de escapar.