Este tiempo de andar y ver miserias me da dolor de huesos.
Estos días de tanta mendicidad me da dolor de huesos.
Y estas horas de incansable pobreza me da dolor de huesos.
Me duelen los huesos, de verdad, porque caminé muchos senderos y batallé incontables días y sigue pululando el egoísmo.
Me duele la médula de cada uno de mis huesos esta forma de ser transformada en tener… y los que no tienen, no son…
Y este agitarse en un mar de consumo…en un mar de egos y de riquezas fingidas o reales, cuando la verdadera riqueza de vivir, se opaca…
Me duele tanto la falta de solidaridad y la soberbia que mis huesos crujen y se anquilosan, gritan de dolor…
Tal vez un día mis huesos, como yo, se resignen…