Cementerio

Iba como siempre distraída y contenta caminando por la costa. Todos los años me detengo a mirar la montaña de mejillones que se enciman y dispersan después de las olas tempraneras.

Cada uno de ellos, vida que ya no es, representa algo y no sé qué… me da por recorrer de una punta a la otra intentando calcular… cuántos son?:

– Si acá cuento trescientos esa otra pila debe de tener el doble, allá en el recodo de la roca deben de ser más de mil…

Me frustra no saber cuántas cáscaras vacías hay. Los trae vivo el océano y los deja morir en la playa. Tendrá sentido?

Y entonces lo comprendo. Si cada año hago lo mismo, si cada año veo esta cantidad de esqueletos de mejillones, o tal vez menos o quizás más , no representan cada uno de ellos un día de mi vida?

Y si así fuera?

Si pudiera realmente contarlos podría saber exactamente cuántos días me restan por vivir?

El día que cada mejillón muerto estacione su esqueleto a mi paso, terminará mi vida?

Esto no es un cementerio de mejillones, esto es un acertijo como la muerte misma, nunca lo podré resolver…