Los jardines de mi madre

Hace tiempo lo escribí pero me gusta tanto recordarla :

En días de lluvia como hoy, después del infierno del calor, mi madre salía a hablar con sus plantas. Se mojaba sin importarle y a cada una le hablaba con tonos de voz distinto, les contaba o les preguntaba.
Con papá la mirábamos y nos reíamos un poco, tomábamos un mate y le reprochábamos sin escándalos la dulce locura de creer que la escuchaban.
Mi madre tenía un jardín espectacular, nunca compró plantas, siempre robó gajos, siempre le regalaron o las consiguió.
Hoy, en estos días, donde tener jardines cambió el estatus de una casa, donde las plantas como las mascotas se han vuelto distintivo de pertenecer o no a determinada élite, recuerdo a mi madre.
Ella siempre tan simple y sencilla, con jardines rebosantes, hablando bajo la lluvia mansa, con todas sus plantas, contándoles, preguntándole…Qué tan sabia era y yo recién me doy cuenta.