Te recuerdo en invierno, te recuerdo tan frágil y tan rubia.
Lo que me alegra es saber que nunca leerás esto. Eso me libera. Te recuerdo por estas fechas, cuando caminaba, gordísima, con tu vida adentro mío.
Podría recordarte en vacaciones junto al mar, cuántos años pasamos juntas ese lapso veraniego?, podría recordarte el día que tuviste tu primer hijo y me hiciste abuela…podría recordar tantos momentos lindos. Viajes, asados, confesiones a media voz, o vos cuidando a tu padre junto a mí. Podría recordar cuando nadabas y yo te alentaba en las competencias. Cuando narrabas cuentos :yo sabía que podrías ser una gran narradora o actriz. No fue así pero de todos modos, el arte anidaba en vos. Podría recordarte manifestándote de izquierda, debatiendo el feminismo y el orgullo de que todo eso, era germen de mis charlas.
Pero hoy, un día antes de que cumplas 39 años, recuerdo mi panza gigante y mi andar lento. Mañana seguramente lloraré todo el día: no voy a ser la primera que te escriba cuánto te quiero y no voy a brindar contigo.
Mañana será un gran duelo para mí. Tu carita, tus ojos claros, esa pelusa rubia y abrazarte y mirarnos por primera vez después de esperar nueve meses.
Dormir junto a vos en el sanatorio, abrazarte y no dejarte salir de mi lado. Cuántas veces dormimos juntas? Hasta cuándo te colaste en la cama grande? Antes y después de morir tu padre.
Y si en un revés del destino no puedo acariciarte tu hermoso pelo nunca más?
Estaré muerta y lo recordarás, estoy segura.
Sé lo que daría por estar con mi madre un minuto más: hoy y mañana son un desperdicio de vida.
Y no voy a culparte, ni acepto que me culpes: por algo sucede esta ruptura cruel, por algo se torció el destino.
Nos estamos perdiendo las dos algo irremplazable. Qué triste estoy…