Que te quieren prohibir otra vez dicen. Qué otra vez tu caperuza roja hay que teñir y la historia retractar. No es tu primera vez de niña mujer prohibida, así hemos vivido siempre de negación a mal en peor.
Yo voy a defenderte porque me gustó la versión de don Perrault, me gustó que te animaras a desobedecer a tu mamá y que te metieras a la cama con un lobo. Tu nunca estuviste convencida de que fuera la abuelita. Abajo de ese pelo y esos colmillos… picarona, sabias que había algo duro y prohibido.
De todas esas historias eres la única devorada, será por eso que te persiguen o porque no lograste pasarte a la realeza? O por qué cuando el lobo te hincó el diente, capaz que gustó y sigue siendo eso lo prohibido?
Eras mi personaje favorito, desobediente, soñadora, romántica y osada, acostada con semejante bestia en el final y con cara de inocente mientras el lobo babea agonizante de amor entre sus dientes ( nunca quise preguntar dónde estaba puesta tu mano bajo las mantas…)
Yo te defiendo y cuento tu historia, porque las niñas deben de aprender a desobedecer y si un día se acuestan con un lobo, con o sin disfraz, que sea bien voraz ese final!