Comenzó a vivir como un pájaro, se levantaba al alba y se dormía al caer el sol. Sus alimentos pasaron a ser las semillas, las frutas y las verduras crudas. Su único pasatiempo dibujar aves y empapelar con ellos su vivienda que se iba transformando en un nido. El día que compró su parapente apareció vestido con un traje alucinante hecho de plumas. Por meses había juntado plumas, las lavaba y las teñía de colores azulados. Cuando se elevó aquel dia, feliz y magnífico, supimos que jamás lo volveriamos a ver. Su nido vacío fue el lugar donde lo lloramos. No regresó nunca.
Vivir como un pájaro
