(Así o algo así llamó a su libro Sábato, yo le copio el título, que tiene de malo emular un título?)
Querido muchacho: después de conocerte por veinte años a través de los recuerdos de tu padre, comprendo que es muy complejo escribirte,
Hace veinte años, tu eras un niño de diez, dejó todo y atravesó el mapa a su tierra natal solo por mí, gracias a mi, a mi locura de enamorarlo : él necesitaba ser amado.
No sé si en la vorágine del amor que nos brotó a raudales, yo, pensé en ti? En tu orfandad? En el alejamiento de su rol de padre? En la protección que necesitabas?
No, yo me entregué a su amor y él, al mío. Tuvimos ambos una larga luna de miel y nos encantamos y encadenamos uno al otro: así de fuerte fue el amor. No, no, no se olvidó de ti… nos olvidamos del mundo. Ganamos y perdimos porque los que se aman son egoístas. Hay que serlo: si uno ama de verdad por un tiempo debe de borrar al resto del mundo. Se fabrica un castillo, se encierra en él y vive sólo para amar!
Teníamos fotos tuyas y él, cada vez que las miraba, lloraba. Me contaba de ti, recordaba, lo escuché atentamente siempre. Era una situación tan difícil: no podía ir a tu lado, no podía rehacer lo hecho… de pronto, ambos estábamos atrapados acá. Miles de kilómetros y miles de silencios.
Nunca dejó de pensarte, soñarte…. nunca dejó de amarte. Las Redes sociales fueron un espejismo: cada tanto una foto, un pequeño saludo… y su inmensa tristeza, su pérdida absoluta… me costaba tanto verlo así. Yo, que vivo muchas veces sin ganas, he sido durante veinte años sostenida por el amor a la vida de tu padre… yo le debo mucho…pero cuando él te leía… su mundo se caía, y yo nunca tuve fuerzas para darle ánimos…
Hoy ha surgido tu voz y tu imagen, milagro de Internet, y él es tan feliz… amo que sea feliz!!!! Él sólo espera tu llamado o poder llamarte… se le ilumina el mundo con tu voz…
Realmente, querido muchacho, tu padre es mucho más feliz que antes. Mi amor no era suficiente, te necesitaba. Soy feliz por ustedes, por el reencuentro, porque aunque no lo creas : te pareces mucho a tu padre y me ha ganado una inmensa ternura tenerte cerca, aunque sea por este aparato,
Querido muchacho: gracias por esta oportunidad de conocerte, gracias por la felicidad de tu padre y perdón por haberme enamorado tan locamente de él y retenerlo a mi lado… quizás todo pasó por algo, no sé…
No podré jamás ser tu madre, me hubiera gustado, pero soy la mujer que más ha amado a tu padre después de su madre, tal vez eso alcance para que me estimes un poco…
Querido muchacho: ya te estoy queriendo casi como a un hijo…